Los daños ejemplares, también conocidos como daños punitivos, son un tipo de daños otorgados en una demanda civil que tienen como objetivo castigar al acusado por su comportamiento y disuadir a otros de participar en una conducta similar. Estos daños se otorgan además de los daños compensatorios, que están diseñados para compensar al demandante por sus pérdidas. Por lo general, solo están disponibles en casos en los que el comportamiento del demandado fue particularmente atroz o intencional.

Los daños ejemplares generalmente solo se otorgan en casos que involucran malas prácticas intencionales, como fraude, malicia o negligencia grave. En estos casos, la conducta del acusado se considera tan dañina que amerita la imposición de daños adicionales como forma de castigo. La idea detrás de los daños ejemplares es que el demandado no solo debe compensar al demandante por sus pérdidas, sino que también debe rendir cuentas por sus acciones y enfrentar consecuencias financieras adicionales.

La cantidad de daños ejemplares otorgada puede variar mucho, según las circunstancias del caso y la jurisdicción en la que se presente la demanda. La cantidad generalmente la determina un juez o un jurado, y tiene la intención de reflejar la gravedad del comportamiento del acusado y la necesidad de disuadir a otros de participar en una conducta similar.

Si bien el concepto de daños ejemplares está diseñado para servir como elemento disuasorio, algunos críticos argumentan que estos daños son excesivos y pueden conducir a resultados arbitrarios o impredecibles. Otros argumentan que pueden usarse para obtener grandes acuerdos de los demandados, incluso en los casos en que el comportamiento del demandado no fue particularmente atroz.

En conclusión, los daños ejemplares son un tipo de daños otorgados en demandas civiles que tienen como objetivo castigar al acusado por su comportamiento y disuadir a otros de participar en una conducta similar. Estos daños generalmente solo están disponibles en casos que involucran malas prácticas intencionales y se otorgan además de los daños compensatorios. Aunque el concepto de daños ejemplares está diseñado para servir como elemento disuasorio, existen debates sobre su eficacia y el potencial de resultados arbitrarios o impredecibles.